Análisis de las elecciones regionales en Venezuela 2017, 19 de Octubre 2017
Venezuela - El chavismo gana 18 de los 23 gobiernos regionales, la oposición 5. El PSUV y los partidos aliados gobernantes ganaron en los estados de Amazonas, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Delta Amacuro, Falcón, Guárico, Lara, Miranda, Monagas, Sucre, Trujillo, Yaracuy y Vargas. La alianza opositora MUD ganó 5 estados: el partido Acción Democrática (AD) ganó Anzoátegui, Mérida, Nueva Esparta y Táchira; Primero Justicia ganó el estado fronterizo petrolero estratégico Zulia en el noroeste. Si bien los resultados de 22 estados se anunciaron unas horas después de que cerraron las urnas, hubo recuento de los votos en Bolívar debido al pequeño margen entre el ganador Justo Noguera Petri de la coalición de las fuerzas gubernamentales y el candidato opositor Andrés Velásquez. Petri finalmente ganó con 276,655 votos, mientras que el candidato a MUD obtuvo 275,184 votos.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), la participación electoral fue del 61.14% de los 18 millones del patrón electoral de Venezuela, la segunda participación electoral más alta en elecciones regionales después del 65.45% de participación en 2008. El PSUV y sus aliados ganaron el 54% del voto total a nivel nacional, marcando una recuperación importante desde su gran derrota en las elecciones parlamentarias de 2015 cuando ganaron solo el 40.8% de los votos. La coalición de oposición de derecha MUD ganó el 45% de los votos. En las elecciones a la Asamblea Nacional del 2015, la participación había sido del 75%. Si bien el PSUV pudo mantener más o menos a su electorado en números absolutos, la oposición perdió 2.2 millones de votos en comparación con el 2015.
En las elecciones regionales de 2012, los partidos del gobierno ganaron 20 de las 23 regiones. Pero la mayoría de los medios y de las encuestas esperaban una derrota mucha más amplia que solamente perder 5 estados. La crisis económica desde 2014, las violentas protestas de la oposición que causaron 140 muertes, la presión de EEUU y el boicot económico y financiero internacional de Venezuela, la alta inflación, la escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos (debido a especulaciones, contrabando, altos precios, boicot, pero también a la corrupción, la mala gestión del gobierno y el fracaso en las políticas económicas y financieras) habían reducido significativamente el apoyo popular al gobierno y algunos sectores políticos y políticos chavistas habían retirado su apoyo al gobierno de Maduro, mientras que el descontento era generalizado. Pero las encuestas que pronosticaban la victoria de la oposición en casi todos los estados hace seis meses han estado cambiando rápidamente hacia una victoria chavista en los últimos 2-3 meses.
¿Qué pasó?
- Primero es importante afirmar que no hay evidencia de fraude, como afirman algunos políticos opositores y como sugieren muchos medios internacionales y políticos. Venezuela tiene un sistema de votación electrónico y las boletas también se imprimen para que pueda haber un recuento manual. El correcto funcionamiento de las máquinas electorales fue verificado y aprobado también por los representantes de la oposición antes de las elecciones. El sistema electoral solicita una auditoría manual del 54,4% de los votos, sin embargo, el presidente Maduro pidió al CNE que realice una "auditoría del 100%" de todas las boletas en papel de la votación del domingo. Los observadores internacionales que estuvieron presentes durante las elecciones confirmaron que no hubo evidencia de fraude ni siquiera de la posibilidad de fraude.
- La estrategia de la oposición de difundir violencia y terror en las calles alienó a una buena parte de su propio electorado. Sobre todo porque las barricadas y la violencia se concentraban en sus mismos bastiones y zonas residenciales. Vecindades enteras fueron literalmente tomadas como rehenes por grupos violentos que hicieron imposible que los habitantes vivieran una vida normal. Y cuanto más duraron las protestas violentas, más el control pasó a bandas criminales y grupos que obligaron a las personas a pagar cuando querían cruzar a las barricadas para ir a trabajar o a comprar. Y en fin la estrategia no mostró el resultado esperado de derribar al gobierno de Maduro.
- La oposición está dividida. Las facciones radicales de la oposición no estuvieron de acuerdo con la participación en las elecciones regionales y llamaron a un boicot.
- Las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) del 30 de julio, con una participación de más de ocho millones de personas, llevaron la paz y - después de años de parálisis, desesperación y actuación defensiva – las bases chavistas volvieron a la ofensiva. La oposición pidió un boicot a las elecciones al ANC, dijo que hubo un fraude masivo, que la participación fue mucho más baja de lo que anunció el gobierno, y no reconoció los resultados. Sin embargo, parece que la misma oposición sabe que la participación fue tan alta como fue declarada por el gobierno: después de las elecciones del ANC, detuvieron de inmediato la movilización violenta para derrocar al gobierno y la mayoría de la oposición aceptó participar en las elecciones regionales. Algo que no hubieran hecho si realmente hubieran creído que el gobierno perdió casi todo el apoyo y su deposición era solo cuestión de días o semanas.
- Las elecciones a la ANC resultaron ser una buena idea, incluso si creo que la forma en que sucedieron no fue tan buena: el debate público no fue lo suficientemente amplio, la máquina electoral del PSUV impuso a los candidatos del partido y no dejó mucho espacio para candidatos radicales y de movimiento del chavismo. Sin embargo, las elecciones ANC revitalizaron el chavismo de base que se había paralizado en los últimos años para no provocar una confrontación violenta con la movilización de la oposición. Con el llamado a elecciones ANC y desde entonces movimientos, bases y diferentes sectores (barrios, mujeres / feministas, comunas, campesinos, trabajadores, ecologistas, etc.) comenzaron nuevamente a reunirse, debatir, movilizar, presionar con y alrededor del ANC. El sentimiento generalizado de desesperación, de no poder hacer nada, la sensación de tener que esconder la identidad chavista, se desvaneció. La ANC hizo también que regresaran a las filas del chavismo muchos chavistas de base que habían dejado de apoyar al chavismo de gobierno en el pasado. Tengo varios activistas con ese perfil como amigos de FB, por ejemplo, trabajadores de la industrias básicas de Bolívar, que habían dado la espalda al chavismo gubernamental debido a la corrupción y la falta de transformación en las industrias básicas y los cuales de repente comenzaron a movilizarse para la ANC.
Sin embargo, el resultado también es problemático para el gobierno. Haber perdido al Zulia, a Táchira y Mérida lo ponen en una situación difícil. Los 3 estados del noroeste, en la fortera con Colombia, son la puerta de entrada para el paramilitarismo y el principal corredor para el contrabando y la extracción de alimentos y gasolina subsidiados por Venezuela. Los 3 estados son también la base de una posible estrategia de "media luna" formulada por algunos sectores de la oposición en el pasado: seguir una estrategia secesionista y declarar un gobierno paralelo. Zulia también es la región con gran parte de la extracción petrolera. Después de haber perdido la opción de ganar fácilmente a través de las elecciones, la oposición también estará menos inclinada a negociar con el gobierno y tratará de movilizar más apoyo internacional para el estrangulamiento económico y financiero y el aislamiento internacional de Venezuela. Es muy probable que Estados Unidos, Canadá, la UE y los gobiernos de derecha en América Latina sigan y apoyen estos llamamientos de los sectores de la oposición de extrema derecha en Venezuela.
A pesar de importantes victorias en algunos estados clave, la alianza opositora MUD se negó a reconocer los resultados electorales, pero acepta sus propias victorias, y acusa al gobierno de fraude. El líder de la campaña de MUD, Gerardo Blyde, rechazó el resultado y dijo que no era "no confiable". Acusó al gobierno de haber provocado la derrota de la oposición criticando que el CNE haya reubicado 334 centros de votación, principalmente en áreas de oposición (habían sido afectados por actos violentos durante las elecciones a la ANC) y criticó que algunos candidatos retirados de la oposición todavía estaban en las boletas electorales. Las acusaciones son ridículas, la reubicación se anunció hace semanas y se realizó por una buena razón. Además, en muchos casos se instaló transporte para llevar a los votantes a nuevos sitios electorales, y el transporte urbano fue gratis. Muchas personas de barrios pobres han tenido que cubrir kilómetros sin transporte organizado en todas las elecciones pasadas y votaron. La oposición nunca se quejó de eso. El hecho de que algunos candidatos de la oposición todavía aparecieran en las boletas se debió simplemente al hecho de que no respetaron la fecha límite para retirarse oficialmente. No es ni responsabilidad del CNE, ni está capacitado legalmente para hacerlo, de seguir las primarias de la oposición y retirar de la postulación electoral a los candidatos que perdieron las primarias. Además el efecto fue mínimo.
Algunos candidatos de la oposición también admitieron su derrota. Ese es el caso de Henri Falcón, ex gobernador de Lara, quien perdió por un margen de 17 puntos frente a Carmen Meléndez del PSUV. El candidato de la oposición en Carabobo también reconoció su derrota. El ex gobernador opositor de Delta Amacuro, que no volvió a postularse, culpó a la oposición, a sus divisiones y a la decisión de quién nominar como candidato, como causa de la derrota electoral en estado. Y el líder AD, Ramos Allup, una figura central en la alianza opositora, especialmente ahora que su partido tiene 4 de los 5 gobernadores opositores, llamó a Luis Almagro, el agresivo secretario general de derecha de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a dejar de dar asesoría externa a la oposición venezolana.
El resultado es una gran victoria para el chavismo y lo pone, después de haber estado 3 años contra a pared, en una posición de fortaleza. El gobierno ahora debe enfrentar con urgencia la situación económica y financiera, combatir la corrupción de manera efectiva, democratizar el PSUV y volver a la política participativa que marcó la era de Chávez, fortalecer nuevamente las comunas, los consejos comunales y volver a apoyar el control obrero y la autogestión. La crisis económica y política habían empujado al gobierno a reducir la participación y confiar en la centralización, las decisiones desde arriba y la apertura al capital transnacional. Si el gobierno no hace eso, parece improbable que puedan repetir su victoria en las elecciones presidenciales de 2018.
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