Durante los días 14 y 15 de noviembre, el Hotel Bacatá de Bogotá fue escenario del seminario Colombia en la aldea global: agenda ciudadana para la paz.
Un movimiento global contra la globalización
El evento sirvió como espacio para que expertos en temas de globalización, medio ambiente y paz, se reunieran y discutieran sobre lo que más le conviene al mundo para superar la crisis actual. Dario Azzelini, un italiano radicado en Alemania, que ha dedicado su vida a estudiar los conflictos étnicos y los movimientos sociales, habló con El Espectador sobre el tema.
P.¿A qué se refiere cuando habla de movimientos sociales globales?
R.Creo que es importante aclarar que estos movimientos también son conocidos como movimientos antiglobalización. Creo que es un error y una descripción muy falsa porque son mucho más globales que los gobiernos que los acusan de ser antiglobalización. Así que creo que los intercambios que hay en el ámbito internacional de esos movimientos, son de hecho globales, así que se trata de otro tipo de globalización. No están en contra de la globalización, sino que están a favor de una globalización de los derechos, a favor de una globalización que lleve la economía a estar al servicio de las sociedades, y no al revés, que las sociedades tengan que estar al servicio de las economías. Creo que de hecho se conoció por primera vez, a través de los medios, que éste era un movimiento antiglobalización, con las protestas en Seattle, hace unos años. Sin embargo, las raíces de esos movimientos sociales, globales, salen a unos años antes, al 94, al levantamiento zapatista, que es prácticamente una guerrilla que ha dado mucha más importancia a la comunicación que a las armas. Nada más usó las armas 12 días, ahora usa la comunicación y la internet, y Aspi logró tener un impacto global. Llega con un concepto de autonomía, de dignidad, de respeto a la autonomía. Es como una base para ese movimiento 'antiglobalización', aunque yo prefiero el nombre que se le da en Italia que es el 'Movimiento de los movimientos', porque eso escribe también muy bien sobre esa diversidad que hay dentro de los movimientos. Puede tener expresiones diferentes en lugares diferentes. Las cumbres siempre han tenido asistencia muy masiva.
P.¿Y en América Latina?
R.Tenemos expresiones de ese movimiento en América Latina, pero muchas veces son luchas más concretas, más existenciales, empezando, por ejemplo, de las luchas contra el ALCA, o pasando por toda una historia de luchas de los últimos años a partir de las manifestaciones del Chocó en contra del megaproyecto del Canal interoceánico, de los Uwas en contra de la OXI. Pasando por Cochabamba en Bolívia en contra de la privatización del agua. Son parte de los movimientos globales porque los proyectos contra los que luchan son proyectos que tienen una importancia en movimientos de remodelación económica global, por eso las decisiones de esos proyectos no son decisiones locales, sino más macro, más global. Esas luchas son parte del movimiento de movimientos, que luchan por otro tipo de globalización, que pone primero las necesidades locales que las necesidades globales, pero siempre pensando en preservar una necesidad que tenga futuro.
P.¿De qué movimientos sociales se puede hablar en el mundo?
R.En el caso de Europa, y también de Estados Unidos, se puede hablar de la lucha de los migrantes, de los indocumentados. Son parte de una lucha global, en un mundo donde las mercancías, y el dinero circulan libremente. La gente también podría circular libremente. Muchas de las luchas se pueden leer dentro de un contexto global, cuando no son luchas con una perspectiva nacionalista, sino que se ven también en un concepto más ámplio. La lucha de los sindicatos en Colombia también es parte de una lucha global. Se están enfrentando a empresas transnacionales, y tienen que intentar que su lucha sea global para que sea exitosa.
P.¿No es contradictorio que se opongan a la globalización y se consideren un movimiento global?
R.Depende. Muchas veces las luchas locales están en un cotexto de la globalización de los derechos. Por ejemplo, muchas veces los países industrializados no quieren tener ciertas industrias que dañan el medio ambiente. Pero entonces por qué tenerlas en los países en vía de desarrollo. Si estamos hablando del derecho de conflictos políticos, civiles y sociales, estamos hablando de que hay que crear las condiciones a nivel global, para que pueda haber esos conflictos sin tener que sufrir una represión. En Colombia pasa, y en otros países también.
P.¿Cree que los movimientos sociales han perdido protagonismo?
R.Han entrado en una situación muy difícil después del 11 de septiembre. Después de esta fecha ha vuelto a ganar fuerza una visión bipolar del mundo. Una visión de que estás a favor de los gobiernos de Estados Unidos y demás, o eres enemigo de ellos. Intentar escapar a esa bipolaridad es algo muy difícil, y es algo que los movimientos no han logrado. En Estados Unidos están viviendo una situación muy difícil, donde antes del 11 de septiembre se había desarrollado un movimiento de ese tipo, que ahora está a la defensiva. En Europa, a pesar de que la actuación de los gobiernos nacionales puede intentar acabar con los movimientos, disparando a los manifestantes, la participación ha crecido. Hemos tenido manifestaciones hasta de un millón de personas en contra de la guerra, que dejan ver que el movimiento sigue vigente.
P.¿Pueden considerarse los movimientos indígenas y las ONG como movimientos sociales globales?
R.Son parte de eso. Frente a un modelo económico y social que ha demostrado no ser viable durante los últimos 50 años, los movimientos indígenas llegan con propuestas muy importantes y muy interesantes, respecto a formas de sociedad, al trato de la naturaleza. Creo que es una parte muy importante que tiene que ser considerada dentro de un movimiento global. Además vemos que han ganado fuerza durante los últimos años, porque durante los anteriores siglos, con el modelo económico que iba avanzando, los indígenas debían ir más a la selva, más a las montañas, y ya no hay otro lugar a dónde pueden ir. Esto los ha obligado a enfrentarse al modelo que se intenta implementar, que también intenta aplastar sus pueblos, sus culturas. Tienen que hacerlo. Esto está dentro de un contexto global. Las empresas que actúan en los territorios indígenas son trasnacionales. Si la economía se da en un marco global, y no internacional, ya no podemos quedarnos como movimientos pensando en un marco nacional.
P.La llegada de Lula al poder en Brasil, y de Lucio en Ecuador, los dos candidatos de izquierda, ¿puede considerarse como una reivindicación de los movimientos sociales?
R.Sí. Naturalmente representan una esperanza de cambio, como también Evo Morales en Bolívia y Chávez en Venezuela. Tienen una importancia muy grande para América Latina. Con ellos se abren chances para otro tipo de intercambios económicos y de relaciones para América. De todas maneras hay que ver las limitaciones que hay, que son impuestas por el sistema internacional. Por eso no hay que esperar maravillas de ninguno de ellos. Si miramos la propuesta económica y social de Chávez, es un simple modelo social demócrata de izquierda, lo mismo que todos los países nórdicos europeos hicieron durante los años 80. Sin embargo lo tachan como comunista, lo que deja ver un miedo de cualquier propuesta diferente.