El lado privado de la guerra y el ejemplo de Irak
De empresarios, mercenarios y servicios bélicos
Cuando surgieron las primeras compañias militares privadas (CMP) hace varias décadas estaban mayoritariamente limitadas a actividades logísticas. Al cabo de unos cuantos años ya se habían creado cientos de empresas -la mayoría fundadas por ex militares provenientes de unidades especiales-, y llegando a una oferta diversa y amplia de servicios bélicos. El autor, en esta primera de dos entregas, señala que, así, el negocio se expandió rapidísimamente.
Como la fama de mercenarios nunca ha sido la mejor, las CMPs en su presentación intentan constantemente distanciarse de la imagen sucia de éstos. De esta manera se puede leer en casi todas las páginas web, documentaciones y aclaraciones de CMPs, que; éstas actúan en el marco de leyes nacionales e internacionales, prestan servicio sólo a sujetos reconocidos por el derecho internacional donde el respeto a los derechos humanos representa una línea fundamental en su trabajo, y que además trabajan para la "paz y democracia". Incluso, haciendo uso de esta aparente imagen, varias CMPs se agruparon bajo el nombre: Asociación internacional para operaciones de paz (IPOA, International Peace Operations Association). CMPs se crearon en todo el mundo.
La mayoría proviene de los Estados Unidos, otros países clave son Gran Bretania, Israel, y Rusia. Pero tambien se pueden encontrar en muchos otros países. En Alemania, existe por ejemplo la empresa Optronic. Empresa la cual su gerente fue Condenado a cuatro años de carcel por venta ilegal de armas, y recluta civiles como comparsas para que el ejército estadounidense en Alemania pueda llevar a cabo sus entrenamientos militares en un ambiente más real. Las CMPs crecieron rápidamente durante la última década. Empresas más pequeñas fueron adquiridas por más grandes, integrando una oferta cada vez más amplia de "servicios militares". Esto lleva a la formación de verdaderas mega-empresas como la DynCorp o Kellogg, Brown & Root (KBR).
En parte, hasta cotizadas en la bolsa de valores. Una idea sobre el crecimiento de este sector la puede dar la relación entre soldados regulares y empleados de CMPs en los campos de batalla de la última década. Por ejemplo, durante la primera guerra en contra de Irak una de cada cien personas presentes en el campo de batalla pertenecía a una CMP, posteriormente en Afganistán ya era una de cada cincuenta, y actualmente en Irak se estima que la proporción es una de cada cinco o seis personas.
Nunca el papel de las CMPs fue tan visible como en la actual guerra en Irak. Sin embargo hay que diferenciar entre los varios tipos de empresas. Las CMPs esta- De empresarios, mercenarios y servicios bélicos El lado privado de la guerra y el ejemplo de Irak dounidenses están totalmente integradas al concepto político-militar de EEUU y sus formas de proceder. La compañía MPRI p.e.hasta goza de un asiento permanente en todas las reuniones del Pentágono. Las CMPs estadounidenses no actúan sin el permiso explícito del Pentágono.
El otro extremo lo representan las compañías rusas de servicios bélicos, quienes generalmente disponen de amplio armamento propio, hasta aviones, helicópteros de combate y tanques. Ellas ofrecen sus servicios abiertamente en el mercado global y han actuado hasta ahora principalmente en el continente africano. Así se pueden presentar situaciones, como p.e.en la guerra entre Etiopía y Eritrea a finales del 90s, en la cual Etiopía tramitó un contrato de leasing, „arrendando" del constructor ruso Sukhoi aviones de combate -incluyendo el personal mecánico y los pilotos-, los cuales en el campo de batalla se vieron enfrentados con pilotos también rusos, que habían sido contratados por la aviación militar de Eritrea. Las actividades de las cuales se encargan las CMPs son muy diversas.
Alcanzan del manejo de campamentos para entrenamientos militares, como lo hace la empresa estadounidense Cubic, pasando por la formación de soldados a nivel internacional, la fumigación de los supuestos cultivos de coca y amapola en Latinoamérica, el mantenimiento del armamento, hasta el manejo de la cárcel militar estadounidense en Guantánamo. En general los prestadores de servicios militares se pueden clasificar en tres grupos o campos de actividades: a) Formación y consultoría (consultoría), b) servicios en el sector de tecnología y logística y c) misiones de combate.
Sin embargo hay que subrayar que muchas de las actividades no son limitadas a sólo una categoría. La separación muchas veces se debe a que las CMPs están actuando bajo condiciones dudables desde el punto de vista jurídico. Así p.e. la participación a combates está estrictamente prohibida para las CMPs que actúan en Colombia en nombre del Pentágono o la DEA. Sin embargo muchas empresas como p.e. Air Scan prestan servicios logísticos para el ejército colombiano y las empresas petroleras Occidental Oil y Ecopetrol. Air Scan analiza y evalúa las informaciones de los sobre vuelos de espionaje y de las instalaciones radar, y pasa las informaciones para misiones militares a los pilotos de la aviación militar colombiana.
Éstos últimos usando de base las informaciones de Air Scan, llevan a cabo los bombardeos. Formalmente se trata de un servicio en el campo de la tecnología. Sin embargo, ¿no representa ésto una participación en combates?. Los tres sectores se suelen también diferenciar por su distancia del frente de guerra. En Irak, donde todo el país se ha vuelto frente de guerra, una clara distinción de las tres categorías se torna díficil.
Formación y consultoría: Con respecto a la formación y consultoría, se trata por fin de una transferencia organizada por privados, del saber militar generado por el Estado. Sobre todo, en situaciones en las cuales ejércitos no pueden actuar abiertamente o una presencia militar directa no es bien vista.
Eso fue el caso de MPRI en Croacia, que le dieron consulta a las tropas croatas para su ofensiva militar que desplazó a 200.000 serbios de la Krajna y luego se encargaron de la formación del ejercito croata. En Irak p.e. Dyncorp se encarga de la formación del nuevo ejército y la nueva policía. Todo ello tiene también otra ventaja para el gobierno de EEUU: ampliar sus estándares militares a otros países, lo que posteriormente facilita la mutua cooperación. Servicios en el sector de tecnología y logística: Estos servicios son muy diversos y van desde la preparación de comida para los soldados hasta el manejo de sistemas de armas sofisticadas.
Servicios para el ejército de EEUU en Irak son ofrecidos también por parte de DHL, subempresa para envíos express y logística de la empresa de correos alemana. DHL vuela diariamente 14 vuelos a Irak, con una capacidad de cargo 250-300 toneladas cada uno. El número de empleadas de la DHL en Irak aumentó rápidamente de siete a ciento treinta y ocho. En un principio el trabajo de DHL consistía en repartir el correo a los militares estadounidenses, actualmente la empresa transporta todo material que los militares estadounidenses y las empresas contratadas por ellos necesitan.
No sorprende que Paul Gillett, country manager de DHL en Irak, sea surafricano exmilitar. Y no sólo él, sino la mayoría de los "expertos foráneos" de la DHL iraquí cuentan con un historial militar. Además DHL contrató a un grupo de ex-soldados británicos que –coordinados por un "manager de seguridad" – vigilan los negocios de DHL.
En el sector de alta tecnología el empleo de personal calificado de empresas privadas es de gran importancia. Cada vez más productores de armamento suministran también los expertos para el manejo y la manutención del mismo. Así sistemas complicados de armas, pueden ser usados inmediatamente sin que haya la necesidad de tener que formar primero a los soldados. Frente al rápido desarrollo de la tecnología militar, empleados civiles de inventores de maquinas bélicas tienen un gran ventaja frente a los militares mediante su conocimiento. Así los vehículos aéreos no tripulados Predator que fueron empleados en Irak, estaban manejados por civiles. Así también empresas como Lockheed Martin y Northrop Grumman-junto a sus sistemas de armamento sofisticado- suministran también el personal necesario para el manejo, mecánicos y técnicos. Y de Latinoamérica p.e. se sabe que todas las estaciones radar manejadas por EEUU en el continente, en realidad están en manos de CMPs.
Misiones de combate
Actualmente en Irak, en comparación a anteriores conflictos y guerras, ha aumentado en gran medida el empleo de CMPs en situaciones de combate. La supuesta no-participación de CMPs es cada vez más borrosa en combates o en acontecimientos bélicos. Por ejemplo, en el caso donde CMPs son formalmente contratadas como "empresas de seguridad" para "tareas de seguridad". Dichas tareas, consisten en brindar protección militar a blancos militares o hasta soldados en situaciones de guerra frente a ataques enemigos.
Hasta la guerra contra Irak, las misiones de combate eran más bien la excepción. La participación existía, pero en general fue encubierta tras tareas en los sectores de logística o consultoría o de misiones de combate, bajo el ofrecimiento de servicios de seguridad a empresas de recursos naturales (véase el caso de Colombia, Congo, Angola y otros). Sin embargo, en Irak las CMPs asumen cada vez más misiones de combate. Al mismo tiempo muchas cárceles militares son manejadas por empresas privadas. Incluso especialistas de interrogatorios y traductores son empleados a través de CMPs. Si alguien se sorprende porque en los casos de tortura en la cárcel de Abu Ghraib en Irak, se acusaron sólo a diez soldados estadounidenses, la explicación es fácil: gran parte de los interrogatorios y hasta de la seguridad interna de la cárcel, estaba en manos de las compañías militares privadas Caci y Titan. En contra de ellas el gobierno de EEUU no actúa jurídicamente. Algunos abogados y organizaciones de derechos humanos en EEUU, intentan ahora promover juicios en contra de empleados de las dos empresas a nombre de víctimas iraquíes.
Las amplias actividades de empresas privadas de servicios bélicos en Irak demuestran que la privatización de la guerra ha avanzado profundamente hasta el ámbito de las misiones de combate. Los "nuevos mercenarios" actualmente ya se encargan de buena parte de la conducción de la guerra. Para esas tareas se requieren soldados que manejen adecuadamente los asuntos bélicos; de tal forma que el valor de ex-colaboradores de dictaduras militares en este contexto seguirá aumentando. Sin embargo, que justo mediante su apoyo se pueda construir la democracia no se lo cree probablemente ya nadie, ni siquiera el Pentágono.
Irak: ejercitos privados al servicio del Imperio
Después del contingente de EEUU de 150.000 soldados, las tropas de las CMPs representan el segundo ejército más grande en Irak. Según informaciones de la CMP Custer Battles hay más de 30.000 iraquíes y "varios miles de otros" al servicio de las CMPs. El número de extranjeros trabajando para CMPs según diferentes fuentes se estima entre 6.000 y 20.000. Ya durante la invasión en marzo del 2003 muchos de los sistemas de armamento altamente desarrollados de los buques de guerra en el Golfo fueron manejados por especialistas de cuatro CMPs diferentes, así como también los sistemas de armas de vehículos aéreos no tripulados Predator, Global Hawks y los aviones de bombardeo B-2 Stealth. En Irak, empleados de CMPs hacen patrullaje, cuidan edificios, infraestructura y prestan guardaespaldas para representantes iraquíes y de los Estados Unidos.
Hasta el personal en las cárceles militares en Irak pertenece a empresas privadas de seguridad. A las CMPs no les gusta ser llamados "ejército no oficial", sino prefieren definirse como "guardias privadas", "managers de riesgo", "asistentes de seguridad" o bajo expresiones parecidas. Supuestamente desarrollan actividades que de ninguna manera reemplazan las de soldados regulares, sino son únicamente "tareas de seguridad" y actúan militarmente sólo para su propia defensa. La realidad sin embargo es diferente. Debido a que bajo la estrategia de tropas de Estados Unidos y sus aliados -la llamada "Coalición de los dispuestos"- sus tropas ya sólo se atrincheran en campamentos militares y a veces organizan bombardeos aéreos o "expediciones punitivas" con un amplio despliegue militar en ciudades y barrios que no se han comportado según sus deseos, el papel de los CMPs se ha hecho más fuerte al mismo tiempo que cada vez más riesgoso.
Durante los primeros doce días de Abril 2004 cuando la resistencia iraquí aumento sus ataques, el general Kimmit anunció que fallecieron 70 soldados estadounidenses. Durante el mismo tiempo se habla hasta de 80 muertos estadounidenses empleados de CMPs. Las cifras de muertos totales se desconocen.
Los cuatro estadounidenses asesinados el 31 de marzo del 2004 en Faluja, quienes después fueron arrastrados por las calles por una multitud, se presentaron en los medios en un primer momento como civiles. En realidad se trataba de combatientes de la CMP Blackwater USA, que escoltaban un transporte. Esta empresa también operaba "detrás de las líneas enemigas", en las zonas controladas por la resistencia. Empleados de Blackwater USA, participaron en enfrentamientos y evacuaciones armadas de soldados estaduniedenses heridos en los combates de Faluja. Muchos de las víctimas de los atentados a ataques y secuestros denominados "civiles" en los medios y en las declaraciones oficiales de los Estados Unidos, son sólo formalmente civiles. En realidad se trata de empleados de diferentes compañias militares: mercenarios modernos que en un conflicto bélico actúan a favor de una parte del conflicto. Por ello no es sorprendente que por el lado opuesto sean vistos y tratados como enemigos.
El único sobreviviente a la emboscada de un convoy al oeste de Bagdad en la zona de Faluja el 9 de Abril del 2004, el estadunidense Thomas Hamill, quién luego fue secuestrado y supuestamente el 2 de mayo logro escapar de sus secuestradores, era también empleado de una CMP. También los cuatro italianos Fabrizzio Quattrocchi, Humberto Cupertino, Salvatore Steffio y Mauricio Agliana, quienes fueron secuestrados en Abril del 2004, trabajan como combatientes privados armados para una CMP italiana, contratada por otra estadounidense. Èstos fueron liberados luego (en junio del 2004) con excepción de Quatrocchi, quién fue ejecutado en cautiverio.
El 12 de Abril el Comandante supremo estadunidense, General Ricardo Sánchez, declaró que nueve estadounidenses, todos civiles, habían desaparecido después de un ataque a un convoy cerca de Abu Ghraib. En realidad siete de ellos eran empleados de Kellogg, Brown&Root (subempresa de Halliburton). El 2 de mayo del 2004, en un atentado bomba a un convoy murieron dos empleados de Global Risk Internacional provenientes de las islas Fiji. Y el 26 de noviembre del 2004 en un ataque a la zona verde de Bagdad, supuestamente la zona más cuidada y segura de la ciudad, murieron cuatro mercenarios nepalenses, de las unidades Gurkha de Global Risks Strategies y 15 fueron heridos. La lista es interminable.
En total, se puede presumir que la suma de los empleados de CMPs que han muerto en Irak, podría ser hasta más alta que la de los 2.194 (6 de enero 2006) soldados estadounidenses muertos. Determinar el número es extremadamente difícil. Ni los enfrentamientos llevado a cabo por las CMPs, ni sus empleados que pierden la vida en Irak, figuran en las estadísticas de las fuerzas militares estadounidenses. Por ejemplo, el 4 de Abril del 2004, milicias atacaron el cuartel general de Estados Unidos en Nayaf. El combate de defensa duró apróximadamente cuatro horas. Se utilizaron incluso ametralladoras y granadas de cuarenta milímetros.
Sin embargo en los reportes militares de los Estados Unidos, no hubo referencia alguna a los hechos, ¿por qué?. La respuesta es simple, no participaron militares en el combate. Fueron empleados de Blackwater USA quienes enfrentaron a las milicias. Para algunos pocos empresarios la situación en Irak es demasiado peligrosa.
Es el caso por ejemplo de George Haddad, estadunidense de procedencia libanesa, quién anunció a principios de Noviembre del 2004: "en poco tiempo Irak será imposible, ingobernable". Haddad se retiró con su empresa llamada Al Safar Group. La empresa CMP de Haddad tenía 140 empleados en su mayoría iraquíes y actuaba como subempresa de la Global Risk Group y prestaba escoltas para convoys alimenticios y de abastecimiento. Los sueldos de sus empleados mensuales se situaban entre 300 y 1.500 dólares. Sin embargo normalmente las CMPs no se dejan intimidar.
Personal hay de sobra. Así por ejemplo otros de los más como Mike Baker, director de la Diligence Limited Company, quién supuestamnte tiene centenares de agentes en Irak no se mostró para nada impresionado por los suceso de Faluja. El ex agente de la CIA declaró, que su empresa no pensó durante ningún momento replegarse de Irak. Al contrario se mostró convencido de que era el momento de mostrar más dureza y actuar de forma aún más agresiva para que el adversario no vea señales de debilidad. El argumento de mayor peso para los empresarios son claramente las ganancias.
Entre 1994 y el 2004 solamente el gobierno de Estados Unidos firmó más de tres mil contratos con CMPs para servicios a sus tropas en misiones en el exterior. En 2003 el Pentágono estimó que de los 87.000 millones de dólares para "La gran campaña de Irak" (incluyendo Afganistán y Asia central), 30.000 millones de dólares serían destinados a pagar a CMPs. Según un reporte de investigación publicado el 29 de julio del 2004 por el Centre for Public Integrity (Washington), el gobierno de Estados Unidos en Irak otorgó contratos a 150 CMPs de Estados Unidos con un volumen total de 48.7 mil millones de dólares. Por eso la "Coalition of the Willing" (Coalición de los dispuestos) muchas veces también es definida como la "Coalition of the Billing" (Coalición de los cobradores).
*Investigador y politólogo, Italiano