Debate con Dario Azzellini, Pedro Morazán y Günther Maihold

Eran las 5 y media de la mañana del domingo 28 de junio cuando un grupo de militares encapuchados entró disparando a la casa del Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y se lo llevó por la fuerza. En un principio se desconoció su paradero. Solo una cosa estaba clara: se trataba de una maniobra en la que los militares jugaban un papel central. Las Fuerzas Armadas de Honduras enviaron enseguida aviones militares de reconocimiento al espacio aéreo en previsión de un contraataque. Canales de televisión, de radio e Internet hondureños fueron bloqueados por los golpistas. Tegucigalpa, la capital, amaneció en un clima de tensión. Solo hasta 5 horas después se recibió la noticia: Manuel Zelaya había sido expulsado del país y enviado a Costa Rica. El Presidente Oscar Arias lo acogió.
 
Desde esas dramáticas horas del domingo en Honduras, la comunidad internacional ha levantado su protesta contra el golpe de estado y ha exigido la restitución en la Presidencia de Manuel Zelaya. Desde los años 80 no se registraba un golpe de estado en Latinoamérica. sa etapa parecía haber quedado atrás mientras la democracia avanzaba y echaba raíces en la mayoría de los estados latinoamericanos.

La preocupación por los sucesos en Honduras se debe también al temor de que en otros países latinoamericanos pueda ocurrir lo mismo, de que el caso hondureño sea una reedición de la antigua historia de Latinoamérica, cuando golpes de estado se sucedían unos a otros. Guatemala, por ejemplo, las reformas sociales del Presidente Alvaro Colom son una espina en el ojo para las clases pudientes que quieren seguir disfrutando con todos los beneficios.
 
A partir de los sucesos del  domingo, el Continente Americano ha cerrado filas. El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó gran preocupación por lo ocurrido, pidió que el país retorne al estado de derecho y reconoció a Zelaya como el Presidente legítimo.

El Secretario General de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Inzulsa, llamó a los gobiernos de la región a desconocer al Presidente interino, Roberto Micheletti. En las capitales latinoamericanas, los gobiernos rechazaron en duros términos el golpe de estado. En Bruselas, la Unión Europea condenó el golpe y manifestó que no reconocerá al Presidente interino. Alemania suspendió de inmediato la aportación de ayuda al desarrollo a Honduras hasta que se retorne al estado de derecho.
 
¿Ustedes que opinan?, ¿es el golpe de estado en Honduras un regreso al pasado?
Escríbanos a Quadriga@dw-world.de

Nuestros invitados:
 
Pedro Mozarán – Periodista hondureño, trabaja actualmente en el Instituto para Economía y  Ecumenismo SÜDWIND en Siegburg. Además es miembro del consejo directivo de la red "erlassjahr.de" (Desarrollo necesita liberación de deudas).
 
Günther Maihold - Doctorado en Sociología y Ciencias Políticas, Maihold comienza su carrera científica en la Universidad de Ratisbona. Desde 2004 es director suplente de la Fundación Ciencia y Política, un centro de investigación en Berlín. Su principal área de trabajo es la política exterior y las relaciones internacionales de América Latina, España, Portugal, así como los procesos de transición y consolidación democrática en Latinoamérica.
 
Dario Azzellini - De origen italiano, estudió Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Berlín. En la actualidad trabaja como periodista, traductor y realiza documentales. Está especializado en Latinoamérica, donde se siente tan en casa como en Berlín.