Relación entre paramilitarismo y desestabilización violenta
Venezuela: la lucha contra lo social
En los medios de comunicación internacionales hemos podido leer durante meses de “protestas” en Venezuela y de “muertos en las protestas”, pero las acciones que desde comienzos de marzo llevan a cabo pequeños grupos armados ágiles no tienen nada en común con lo que se entiende regularmente por “protesta”.
Desde que comenzaron las movilizaciones violentas de la oposición, a principios de febrero, estas han venido acompañadas de una campaña mediática internacional sin precedentes.Debido a que éstas no han logrado su objetivo marcado de derrocar al Gobierno en Venezuela, dichas acciones se han ido transformando en terrorismo.
Sin duda hubo, desde el comienzo, violencia en algunas de las movilizaciones de la oposición, pues se debía provocar una reacción violenta por parte del Estado o bien por parte de las bases de apoyo chavistas, para de esta manera justificar la siguiente etapa que iría desde el aislamiento internacional hasta la intervención. Sin embargo y a pesar del asesinato de varios funcionarios de la policía, de simpatizantes del gobierno, así como de personas ajenas a las movilizaciones, las fuerzas de seguridad y las bases de apoyo del chavismo mantuvieron la calma. La estrategia de la provocación no surtió efecto.
Guerra de desgaste
A lo largo del mes de marzo los “disturbios” se transformaron en acciones de pequeños grupos, los cuales están presentes en una docena de municipios, su objetivo y método coinciden cada vez más con los de las tácticas de la CIA, que consisten en la guerra de desgaste, parecida a la que se practicó en contra de la Nicaragua sandinista de los años ochenta.
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