Lecturas: Darío Azzellini (compilador). El negocio de la guerra. Nuevos mercenarios y terrorismo de estado.

En Cuadernos de Marte, No. 1, Abril 2011, S. 281-284

Lecturas
Darío Azzellini (compilador). El negocio de la guerra. Nuevos mercenarios y terrorismo de estado. Caracas, Monte Ávila Editories, 2009, 281 páginas.
Por Iván Poczynok

Desde finales del siglo XX, los alcances de la “globalización” se convirtieron en objeto de fuertes controversias en las ciencias sociales, promoviendo la revisión de gran parte de las categorías tradicionales de la teoría sociológica.1 En lo que respecta al estudio de las formas de la guerra, estas consideraciones problematizaron la capacidad explicativa de los modelos teóricos clásicos, basados en entender la guerra como un enfrentamiento entre Estados, y en la existencia de fuerzas armadas profesionales, nacionales y burguesas.2 En búsqueda de explicar el desplazamiento del protagonismo bélico estatal, muchas investigaciones relacionaron la dinámica de las guerras contemporáneas con las ramificaciones del “fracaso” en la consolidación de los estados nacionales.3 Desde esta perspectiva, las dificultades de los (fallidos) estados periféricos para estatalizar y monopolizar la violencia legítima, favorecieron la creación de un escenario de “caos global”, frente al cual los (consolidados) estados centrales se encontrarían relativamente impotentes.4

Los artículos compilados por Azzellini en la reedición venezolana de El negocio de la guerra se encuadran al interior de este debate. A partir del estudio de casos, diez investigadores problematizan las tesis de “impotencia de Occidente” y de “caos global”, e indican que las guerras contemporáneas se hallan directamente relacionadas con la expansión del neoliberalismo a nivel mundial. La hipótesis central que atraviesa la mayoría de los trabajos es que detrás de la aparente anarquía internacional es posible “descifrar un nuevo orden de la guerra”.

A lo largo del libro, los autores indagan en el proceso de privatización de las actividades militares, sosteniendo que si bien éste constituye un rasgo característico de las nuevas guerras, no se explica por el fracaso de los denominados “Estados fallidos”, sino que forma parte de la estrategia de dominación de las grandes potencias en el nuevo escenario global. De este modo, lejos de hallarse impotentes, los estados centrales y las elites locales estimulan la utilización de Compañías Militares Privadas, Compañías de Seguridad Privada, u organizaciones paramilitares, con el objetivo de perpetuar los conflictos, y garantizar el mantenimiento de la rentabilidad económica. Indudablemente, EEUU constituye la punta de lanza de este proceso, y sus últimas guerras emprendidas son una muestra de ello: según destaca Azzellini, Iraq poseía -al momento de edición del libro- cerca de 180.000 contratistas privados trabajando en tareas militares o de seguridad, superando ampliamente a las fuerzas regulares de los aliados en su conjunto.5 Como corolario de esta hipótesis, el libro incluye un “mapa global de privatización de la guerra”, que rastrea la conexión entre las Compañías Militares Privadas y las grandes potencias, poniendo especial énfasis en el caso colombiano e iraquí.


Los autores advierten que estas reflexiones no implican a las guerras contemporáneas como un fenómeno homogéneo, ya que la privatización de las actividades militares asume formas diversas, de acuerdo a los escenarios en los que se presenta, y a los objetivos que se persiguen. Así, los actores privados “pueden ser paramilitares para la lucha contrainsurgente en Colombia y México, o contrarrevolucionaria en Venezuela, como también compañías militares privadas que reclutan ex militares y policías para patrullar en los protectorados de los Balcanes, Afganistán e Iraq”.6 La selección de los casos de estudio merece un comentario especial. Cuestionando al imaginario social que piensa a las guerras contemporáneas como un problema que se restringe a Medio Oriente y al África subsahariana, el libro dedica cuatro capítulos al análisis de conflictos armados latinoamericanos: se incluyen estudios sobre la actualidad en México, Colombia y Venezuela, además de un análisis de la situación en Guatemala a mediados de los 80.

En este contexto, los autores señalan la necesidad de observar atentamente las formas indirectas de desestabilización política promovidas por las grandes potencias: según Azzellini, el modelo paramilitar colombiano -ensayado en los años 80 en Nicaragua- está siendo exportando lentamente al contexto venezolano. Varios interrogantes se desprenden de estas investigaciones: ¿Cómo distinguir las fronteras entre la guerra y la paz en las nuevas guerras? ¿Qué sucede cuando economías enteras se edifican alrededor de la guerra? ¿Qué implica comprender la guerra ya no como un estado de excepción, sino como una regla del orden global? La preocupación de los autores no es puramente académica. La complejidad de los nuevos escenarios bélicos hace de la riguridad analítica un elemento central, no sólo para progresar en su compresión, sino también para delinear formas eficientes de intervención. Por ello mismo, conocer los nuevos actores y dinámicas de las guerras actuales contribuye de forma directa a perfeccionar formas de oposición política.

Al pensar las guerras contemporáneas como fenómenos cerrados en sí mismos, la tesis del “caos global” contribuye a invisibilizar la responsabilidad de los estados centrales en la promoción de conflictos, y en la perpetuación de los enfrentamientos, desconociendo que “lo que hoy se expande por regiones cada vez más amplias del globo es un estado de guerra permanente […] que necesita respuestas mucho más complejas que la simple demanda de un cese a los bombardeos”.7 En los tiempos actuales, la guerra, lejos de ser una anomalía, se ha convertido en un componente elemental para el desarrollo normal del sistema capitalista. Es por ello que su estudio exige hoy más rigurosidad que nunca. Y asumir este compromiso, significa asumir que la crítica a la guerra es “una crítica al desarrollo global del capitalismo".

1 Sobre estos debates, véase Chernillo, Daniel (2004) El rol de la sociedad como ideal regulativo. Hacia una reconstrucción del concepto de sociedad moderna. En Cinta de Moebio, Revista electrónica de Epistemología de Ciencias Sociales, Nº 6, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
2 Marín, Juan Carlos (2009) Leyendo a Clausewitz y Cuaderno 8. Buenos Aires, Ediciones PICASO, p. 50.
3 La conceptualización más difundida fue la de “Nuevas Guerras”, elaborada por Kaldor, Mary (2001) Las nuevas guerras. Violencia organizada en la era global. Barcelona: Tusquets Editores.
4 Véase por ejemplo Valaskakis, Kimon (1999), “La globalización como teatro: Nuevo escenario, nuevos actores, nuevo guión”. Revista internacional de Ciencias Sociales, junio, Número 60, Unesco.
5 Azzellini, Darío (2009) El negocio de la guerra. Ediciones Monte Ávila: Caracas, p. 29.
6 Azzellini, Darío (2009) El negocio de la guerra, Op. Cit, p.3

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